Posible comienzo de un cuento inexistente
No relataré los pormenores de la anécdota.
No relataré la anécdota.
No relataré nada.
a Constanza que gusta perder sus dedos tibios en mi barba longeva... a Candida siempre tan llena de riberas, de arenales...
20/10/09
Recuerdo que me enamoré de vos en la esquina de la iglesia donde hacías esa majestuosa vertical. Yo te miraba el ombligo blanco como una paloma y pensaba que eso era el mundo, “tu ombligo”, ese lugar secreto donde podían caber tantos besos como tormentas o infiernos. Pero mi boca de gatillo fácil nunca supo dispararle a tu corazón de figurita difícil.
27/7/09
14/7/09
¡¡¡¡Ya salio el segunbdo libro de el poeta negro o luis amarillo!!! pedirlo a juglaralado@hotmail.com
1/7/09
23/6/09
Espera demencial o congelar los átomos que nos hieren
Bajo la suave luz de un sol incapaz de atravesar los cristales de la tarde, todo comienza casi accidentalmente, empezar como un juego el erigir constante de pensamientos que no ofrecen buenos resultados a la hora de las soledades. Ya no escuchará -por un tiempo al menos- de aquel viejo piano emitir cada nota como una manifiesta palabra de amor. Si podrá refugiarse en un recorte del día sentándose en el sillón del living, mirando hacia la otra sala, perdiéndose en un espacio nebulosamente triste, bebiendo un tímido wisky con lagrimas, y de cuando en cuando vaciando un atado de particulares, dibujando en su imaginación la figura deslumbrante de Nandí tocando para él. Cuando termine aquel recorte de tela nostálgica del día, irá al baño, no se dirá nada frente al espejo, solo recibirá de este por inercia lo que haya que ver. Se enjuagará la cara una y otra vez como queriéndose arrancar las imágenes de su amada que lo asaltan cada vez que cierra los ojos.
Recordará también otras cosas, las mañanas en que ella se despertaba con su mano acariciándole la cabeza, perdiendo sus dedos en el pelo reclamando su desayuno con esa voz de recién despierta, mamengueando como un niño, adormecidamente sexy. El haría la tarea divina de recorrer su cuerpo con besos, con un ardor dulce en los dedos y una llama en el lugar del corazón, sería entonces la hora de prenderse fuego. Pero vuelve al espejo denso de una realidad punzante, de un baño pálido, de una espera absurda y todo tiende a recomenzar, a perderse en los pasillos de pianos inaudibles y en el recorte nostálgico del día. Entonces deberá esperar, esperar estúpidamente con la paciencia destrozante y enfermiza de su naturaleza, la llegada de Nandí que no fue más que a pasar un fin de semana de campo con amigas.
Bajo la suave luz de un sol incapaz de atravesar los cristales de la tarde, todo comienza casi accidentalmente, empezar como un juego el erigir constante de pensamientos que no ofrecen buenos resultados a la hora de las soledades. Ya no escuchará -por un tiempo al menos- de aquel viejo piano emitir cada nota como una manifiesta palabra de amor. Si podrá refugiarse en un recorte del día sentándose en el sillón del living, mirando hacia la otra sala, perdiéndose en un espacio nebulosamente triste, bebiendo un tímido wisky con lagrimas, y de cuando en cuando vaciando un atado de particulares, dibujando en su imaginación la figura deslumbrante de Nandí tocando para él. Cuando termine aquel recorte de tela nostálgica del día, irá al baño, no se dirá nada frente al espejo, solo recibirá de este por inercia lo que haya que ver. Se enjuagará la cara una y otra vez como queriéndose arrancar las imágenes de su amada que lo asaltan cada vez que cierra los ojos.
Recordará también otras cosas, las mañanas en que ella se despertaba con su mano acariciándole la cabeza, perdiendo sus dedos en el pelo reclamando su desayuno con esa voz de recién despierta, mamengueando como un niño, adormecidamente sexy. El haría la tarea divina de recorrer su cuerpo con besos, con un ardor dulce en los dedos y una llama en el lugar del corazón, sería entonces la hora de prenderse fuego. Pero vuelve al espejo denso de una realidad punzante, de un baño pálido, de una espera absurda y todo tiende a recomenzar, a perderse en los pasillos de pianos inaudibles y en el recorte nostálgico del día. Entonces deberá esperar, esperar estúpidamente con la paciencia destrozante y enfermiza de su naturaleza, la llegada de Nandí que no fue más que a pasar un fin de semana de campo con amigas.
10/6/09
M e abro como una nube
al paso temporal de la palabra amor,
te lo digo con sinceridad,
te lo digo con te quiero mucho
y puedo explicarlo con mariposas de niebla
sobre mi pecho sencillo.
Abro las manos,
los ojos,
la sombra,
el corazón,
abro y me parto en dos para ser uno.
Me abro como una nube
al paso temporal de la palabra tiempo,
circundo la metáfora
y lanzo en flor un poema al vacío.
al paso temporal de la palabra amor,
te lo digo con sinceridad,
te lo digo con te quiero mucho
y puedo explicarlo con mariposas de niebla
sobre mi pecho sencillo.
Abro las manos,
los ojos,
la sombra,
el corazón,
abro y me parto en dos para ser uno.
Me abro como una nube
al paso temporal de la palabra tiempo,
circundo la metáfora
y lanzo en flor un poema al vacío.
8/5/09
14/4/09
“EL POETA EN LAS MANOS”
Y ahora que piensas hacer poeta herido? Vas dejando hilos de sangre sobre la tupida maleza que te esconde y te retrasa. Ellos no están más que a un kilómetro de distancia, son demasiados, vienen con armas y perros pero no te amedrentas, miras hacia atrás, aprietas el hueco que han dejado en tu costado y continuas corriendo como buscando el sol o una línea fronteriza que te salve.
Recuerdas cuando te dijeron” poeta enfermo carga tu equipaje, o mejor dicho tu pan y tu cuaderno” y todos se reían a carcajadas y te lanzaban insultos y escupitajos. Tuviste suerte en aquel tiempo, fueron bastante liviano, un poco de celda y un poco de agua fría.
Ese disparo no surgió del viento, no es bueno que te detengas en esta parte del llano, pueden verte fácilmente y ahí sí que no te perdonarían.
Date prisa, perdés demasiada sangre y estas a veinte minutos del refugio donde vas a encontrarte con algunos de tus colegas si los perros y las armas no te encuentran antes.
No puedo más…estas piernas están siendo devoradas por el cansancio y la herida, respirar me cuesta demasiado. Déjame mirar el cielo un ratito¡¡Levantate no te podes quedar acá!!Que lindo color tiene el cielo, un azul intenso…me gusta.¡Levantate mierda o queres que mi pluma te borre de un rayón! Que bien se siente la hierba un poco húmeda en el cuerpo, tranquiliza…es… como el amor.¡¡¡Basta de disparos hijos de puta!!!¡No te mueras, no te mueras! Dejame, ahí vienen sinceras las manos del viento. Si pero no te llevan solo a vos, también arrancan un pedazo de mí, también me matan un poco, quedate quedate. Tranquilo ahí vienen las manos ahí vienen las…
13/4/09
“Espera demencial o congelar los átomos que nos hieren”
Acto primero:
Los lobos que cuelgan de la luna yacen boquiabiertos y aun así no pueden narrar los objetos que han devorado las hadas en los bordes del poema.
Acto segundo:
De ningún modo deben comer las libélulas el silencio que sostiene a los ojos y al amor, que allí solo se encienda una hoguera en nombre de los hombres que han tragado si pudor alguno, ausencias potenciadas y soledades en estado de alerta.
Acto tercero:
Por el bosque aletargado, serpientes de fuego como espadas tajan lo desierto del hombre dejando en sus manos un corazón de hiel, una duda y un vacío inexplicable.
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